Los orígenes del Punto de Venta
¿Qué finalidad principal tenían las cajas registradoras en sus inicios? Aunque suene extraño, su finalidad no era el control de las ventas, sino el de los empleados, evitando así los posibles robos/hurtos, el temido “sisado” y malversación de las ventas, obligando al empleado a utilizar una máquina que, además, emite un sonido al abrir el cajón. A partir de ahí, los comerciantes vieron más allá y se dieron cuenta de las posibilidades del control de las ventas, de inventarios, de productos vendidos, etc. y así poder gestionar todo el proceso desde una sola máquina. De este modo, todo el registro de transacciones queda registrado y el comerciante es capaz de analizar las ventas y automatizar tareas impensables hasta ese momento.
Las cajas registradoras mecánicas inician su andadura pudiendo realizar pequeñas operaciones, pero evolucionan tanto que incluso podían registrar operaciones grandes y un largo etcétera. Eso sí, el tamaño de estas máquinas ya era excesivo como para llamarles terminales punto de venta.
De las cajas mecánicas o analógicas pasamos a las registradoras digitales. Estas registradoras pueden automatizar todavía más tareas e incluso programarlas. También son capaces de realizar cálculos avanzados, e incluso imprimir (aquellas que disponen de impresora) un reporte con los datos de las transacciones del día, de la semana, mes… etc. Además, aparecen las claves de usuario, cosa que permite al comerciante controlar quién y en qué momento abre el cajón del dinero, quién realiza más transacciones o ventas, etc.
No es hasta mediados de la década de 1980, que la gran IBM, a través de su Retail Store Solutions, revoluciona totalmente la tecnología en terminales punto de venta, pudiendo disponer de un ordenador personal en los comercios y así utilizarlos como TPV. La revolución es tan grande que, aunque las registradoras digitales siguen funcionando en determinados pequeños comercios, supone una evolución de gigantesca categoría al permitir, a través de software, controlar todos y cada uno de los factores relativos al comercio. Por supuesto, al inicio todo el software que existía permitía operaciones sencillas, pero muchísimo más avanzadas que cualquier caja ya fuera analógica, por supuesto, o la más avanzada de las digitales.
La enorme evolución supone el poder controlar todos y cada uno de los procesos de venta, desde la inserción de un producto, su almacenamiento, selección, precio, venta, registro de la venta, de la operación… infinidad de informes de operaciones de ventas como análisis, gestión de inventario…
Una vez implementados estos nuevos terminales punto de venta TPV, las tarjetas de crédito pasan a tener un protagonismo que, por supuesto, hay que aprovechar para su gestión.
La evolución incesante del Punto de Venta
Estamos inmersos en la Era Digital, donde todo lo que conocemos hoy será antiguo mañana, por lo tanto, cualquier evolución que seamos capaces de visualizar, seguramente será implementada en breve. Hablamos, por ejemplo, de la tecnología de los terminales punto de venta TPV en esta etapa móvil.
Hoy día existen diversos métodos de pago, desde nuestros bancos tradicionales, hasta los digitales como GoPayment, PayPal, Verifone… capaces de dar servicios de pago en infinidad de plataformas online y, por supuesto, buscan su hueco para el pago offline, a través de la Red desde luego, de cualquier venta ya sea en un restaurante, comprando un libro, un vehículo…
Algo que nos parecía de ciencia ficción, como pagar a través de un móvil, una pulsera o un reloj, es hoy una realidad. Podemos realizar pagos incluso a través de la utilización de sensores de retina, siendo inequívoca la identificación del pagador.
¿Cuál puede ser la pega para el comerciante? Las comisiones. Estas comisiones las obliga el método de pago. En el universo de las tarjetas de crédito, el pagar con ellas en un establecimiento a través de sus terminales punto de venta TPV, implica un pago por parte del comerciante a la entidad bancaria, lo que supone un gasto más para ellos. Imagina si dispones de varios métodos de pago… serían por lo tanto varias comisiones a aplicar en cada pago distinto. Esto también requiere una evolución, por supuesto.
Volviendo al tema de la evolución tecnológica de los terminales punto de venta, está clarísimo que los fabricantes y desarrolladores de dispositivos móviles, tanto tabletas, como ordenadores portátiles, así como teléfonos inteligentes, han aprovechado muy sabiamente, pero de forma lenta (si tenemos en cuenta la enorme evolución de los procesos de pago), la gran oportunidad de implementar en sus terminales de última generación, métodos de pago. Ya sea a través de aplicaciones nativas o microchips capaces de realizar el pago identificando al usuario.
La tecnología avanza sin excusas y la transacción a través de dispositivos móviles es una realidad que crece cada vez más. Gracias también a la evolución y el desarrollo seguro de tecnologías en la nube, todo será muchísimo más sencillo y las transacciones se realizarán con mayor seguridad.
Todo lo anterior, en cuanto al usuario, al cliente. Pero, ¿en qué favorece al comerciante y sus terminales punto de venta TPV? El comerciante, a través de su interface digital, dispondrá de un software tan avanzado que incluso podrá predecir las ventas. Esto no es una invención futurista, se trata de una realidad que ya comienza a implementarse.
A todo esto sumamos la gestión de los terminales punto de venta TPV desde cualquier ubicación allá donde exista conexión a Internet.